Aaahh, los fans… “El alma de la música”, como diría el difunto Joaquín Luqui. Son los únicos responsables del éxito de los artistas. Capaces de encumbrar o hundir, de la noche ala mañana, a cualquier formación musical. Casi siempre fieles, su poder es ilimitado. Y es que sin fans no existirían los artistas. Sin embargo, todo tiene sus inconvenientes. Fan significa admiración, público, reconocimiento, ganancias; pero también lleva implícito el peligro del fanatismo. Son capaces de todo, hasta de saltarse todas las barreras de seguridad sólo para estar ante sus ídolos. Y cuando un fan sube al escenario, es incontrolable e impredecible. Hoy, en HC, os traemos el top ten de las subidas de los fans junto a sus estrellas. Y, claro, la consecuente represalia de los servicios de seguridad…
Empezamos con la gran diva del pop: Madonna. A finales de los 80, “la ambición rubia” sacó el LP “True Blue”, cuya gira la llevó hasta Rio de Janeiro, en Brasil. En aquel concierto, mientras interpretaba la canción “La isla bonita” (gran composición inspirada en La Palma, en principio pensada para Michael Jackson), una fan saltó al escenario a toda velocidad en dirección a la cantante. Sin embargo, los miembros de la seguridad enmendaron su inicial error con un fuerte placaje.
Algo más expeditivos estuvieron los compañeros del rapero Snoop Dogg. Durante una de sus actuaciones, en la que bebían algo parecido a zumo de naranja (a saber que sería aquello…), un extraño entró en escena y se agarró al rapero (cuyo nombre procede, dicho sea de paso, de su admiración infantil por Snoopy). Rápidamente, los miembros de la seguridad personal se abalanzaron sobre el intruso y le dedicaron algunas “caricias”.
Algunos piensan que la actuación de los miembros de seguridad es a veces desmesurada. Sin embargo, si no efectúan su labor de forma correcta, pueden llegar sustos de manos de algún que otro fan perturbado. Eso es lo que le ocurrió al cantante americano de country Billy Ray Cyrus. Hace ya unos cuantos años, mientras estaba dando un concierto, una fan le tiró gasolina encima a Cyrus para quemarle. Afortunadamente, la policía evitó que tirara el mechero en el último momento.

Pero claro, no todo son fans cazados en el momento exacto; ha habido otros artistas no tan afortunados. Y si no, que se lo digan a Robbie Williams. El ex componente de Take That tuvo un “pequeño altercado” en uno de sus primeros conciertos en Alemania como cantante en solitario. Un fan corrió por el escenario como Pedro por su casa mientras Robbie cantaba hacia el público. El perturbado empujó con fuerza al cantante británico (por aquella época con algún músculo que otro menos), que cayó al foso. A pesar del monumental enfado (y la monumental leche), Robbie continuó el concierto con más fuerza. En HC os enseñamos el video con los comentarios del artista, la banda y la seguridad (sí, aunque parezca mentira, había seguridad).
Un poco peor parado quedó el hoy difunto Frank Zappa de una caída similar. Esta incansable máquina de discos de música de fusión y experimentación, en un concierto en el Rainbow de Londres, fue empujado también al foso cuando Zappa ya estaba en los vises del espectáculo. Este loco fan, de nombre Trevor Howell, declaró que el concierto había sido penoso y que Zappa no dejaba de mirar a su novia. A pesar de estos “atenuantes”, fue condenado un año de cárcel. Las consecuencias para el cantante fueron peores: una pierna más corta que otra y un cambio en la voz fueron los estigmas que le acompañarían hasta su muerte en recuerdo de aquella actuación. ¿Qué dónde estaban los guardias de seguridad en ese momento? Fumándose un cigarro fuera del local…

Ahora nos ponemos más serios, porque el siguiente caso tuvo un desenlace fatal. Darrel “Dimebag” Abbott, guitarrista fundador del grupo de heavy Pantera, creó otra formación junto a su hermano Vinnie, baterista también de Pantera, tras la disolución de esta. Damageplan, la nueva banda, estaba tocando en Columbus (Ohio) a finales del 2004 cuando un fan, Hathan Gale, subió al escenario y empezó a pegar tiros sin control. El resultado: tres fans y “Dimebag” muertos. El asesino, que acusaba al guitarrista de la disolución de Pantera, fue abatido después por la policía.

Quien también vivió algo parecido, aunque con un final esta vez feliz, fue Morrisey. El que fuera miembro de The Smiths, en un concierto en Sacramento, recibió la visita en el escenario de un fan con una pistola que le apuntó directamente a la sien. Sin embargo, el destino quiso que aquel tipo se fuera de la misma forma en que llegó. En otra actuación del 91, en Dallas, varios fans comenzaron a subir al escenario. Morrisey, cansado, se fue de allí. Pero su banda, creyendo que era un farol y que el cantante volvería, siguió tocando. Pasaban los minutos y nadie aparecía, pero los músicos seguían con la canción mirando hacia la puerta del fondo. Al final, alguien les avisaría de que dejaran de tocar.
No fue la última vez que el escenario de Morrisey se llenaba de gente. En el Hammersmith Odeon de Londres, también aquel mismo año, varios fans volvieron a asaltar al cantante sin dejarle empezar la canción. Eso sí, esta vez Morrisey mantuvo la paciencia como un campeón.
Ante la ineptitud de algunos miembros de seguridad, son los mismos artistas los que tienen que parar los pies a los fans. Fue lo que les ocurrió al grupo punk Bad Religion en la primera edición del Festival Doctor Music, celebrado en los Pirineos. Un espontáneo subió al lado del cantante y le empezó a llamar calvo y feo. El líder de la banda no entendió hasta que aquel intruso le tocó la cabeza. Entonces comenzó una persecución que sólo pudieron para los otros miembros de la banda.

Hasta los más viejos del lugar han tenido que enfrentarse en alguna ocasión a sus propios fans. Es el caso de sus majestades satánicas, los Rolling Stones, y más concretamente de su guitarrista, Keith Richards. Mientras tocaba el clásico (I can’t get no) Satisfaction entre globitos de colores, un intruso se coló en la escena. Richards, ni corto ni perezoso, se descolgó su guitarra y golpeó al fan. Luego siguió tocando como si nada, claro.
Y llegamos al final de nuestro top ten con uno de los grandes ataques del rock hecho por una de las más grandes bandas de rock: Guns N’ Roses. Pero esta vez no fue el fan el que subió al escenario, sino que el artista fue el que bajó de él.
El grupo estaba tocando en St. Louis el 2 de julio del 91, concierto que estaba siendo filmado. Por ello el grupo puso especial énfasis en decir a los miembros de seguridad que retiraran todas las cámaras particulares. Sin embargo su cantante, el siempre polémico Axl Rose, detectó a un fan grabando el show con su videocámara, por lo que decidió saltar al público y liarse a mamporros con aquel hombre. Tras ser separado, Axl subió de nuevo y dijo que se iba, tirando el micro. El sonido de éste al caer hizo pensar a muchos que era un disparo, pero el guitarrista, el irrepetible Slash, dijo que sólo era el ruido del micrófono y que se iban de allí. Los destrozos provocados por los fans fueron millonarios, y un año después Axl fue juzgado por la pelea.
Y hasta aquí este nuevo especial de Historias Catódicas. Ya sabéis, si asaltáis a vuestro ídolo en el escenario tened cuidado. Y, por favor, grabadlo y enviádnoslo. Quizá tengáis un hueco en el top ten de HC.
Empezamos con la gran diva del pop: Madonna. A finales de los 80, “la ambición rubia” sacó el LP “True Blue”, cuya gira la llevó hasta Rio de Janeiro, en Brasil. En aquel concierto, mientras interpretaba la canción “La isla bonita” (gran composición inspirada en La Palma, en principio pensada para Michael Jackson), una fan saltó al escenario a toda velocidad en dirección a la cantante. Sin embargo, los miembros de la seguridad enmendaron su inicial error con un fuerte placaje.
Algo más expeditivos estuvieron los compañeros del rapero Snoop Dogg. Durante una de sus actuaciones, en la que bebían algo parecido a zumo de naranja (a saber que sería aquello…), un extraño entró en escena y se agarró al rapero (cuyo nombre procede, dicho sea de paso, de su admiración infantil por Snoopy). Rápidamente, los miembros de la seguridad personal se abalanzaron sobre el intruso y le dedicaron algunas “caricias”.
Algunos piensan que la actuación de los miembros de seguridad es a veces desmesurada. Sin embargo, si no efectúan su labor de forma correcta, pueden llegar sustos de manos de algún que otro fan perturbado. Eso es lo que le ocurrió al cantante americano de country Billy Ray Cyrus. Hace ya unos cuantos años, mientras estaba dando un concierto, una fan le tiró gasolina encima a Cyrus para quemarle. Afortunadamente, la policía evitó que tirara el mechero en el último momento.

Pero claro, no todo son fans cazados en el momento exacto; ha habido otros artistas no tan afortunados. Y si no, que se lo digan a Robbie Williams. El ex componente de Take That tuvo un “pequeño altercado” en uno de sus primeros conciertos en Alemania como cantante en solitario. Un fan corrió por el escenario como Pedro por su casa mientras Robbie cantaba hacia el público. El perturbado empujó con fuerza al cantante británico (por aquella época con algún músculo que otro menos), que cayó al foso. A pesar del monumental enfado (y la monumental leche), Robbie continuó el concierto con más fuerza. En HC os enseñamos el video con los comentarios del artista, la banda y la seguridad (sí, aunque parezca mentira, había seguridad).
Un poco peor parado quedó el hoy difunto Frank Zappa de una caída similar. Esta incansable máquina de discos de música de fusión y experimentación, en un concierto en el Rainbow de Londres, fue empujado también al foso cuando Zappa ya estaba en los vises del espectáculo. Este loco fan, de nombre Trevor Howell, declaró que el concierto había sido penoso y que Zappa no dejaba de mirar a su novia. A pesar de estos “atenuantes”, fue condenado un año de cárcel. Las consecuencias para el cantante fueron peores: una pierna más corta que otra y un cambio en la voz fueron los estigmas que le acompañarían hasta su muerte en recuerdo de aquella actuación. ¿Qué dónde estaban los guardias de seguridad en ese momento? Fumándose un cigarro fuera del local…

Ahora nos ponemos más serios, porque el siguiente caso tuvo un desenlace fatal. Darrel “Dimebag” Abbott, guitarrista fundador del grupo de heavy Pantera, creó otra formación junto a su hermano Vinnie, baterista también de Pantera, tras la disolución de esta. Damageplan, la nueva banda, estaba tocando en Columbus (Ohio) a finales del 2004 cuando un fan, Hathan Gale, subió al escenario y empezó a pegar tiros sin control. El resultado: tres fans y “Dimebag” muertos. El asesino, que acusaba al guitarrista de la disolución de Pantera, fue abatido después por la policía.

Quien también vivió algo parecido, aunque con un final esta vez feliz, fue Morrisey. El que fuera miembro de The Smiths, en un concierto en Sacramento, recibió la visita en el escenario de un fan con una pistola que le apuntó directamente a la sien. Sin embargo, el destino quiso que aquel tipo se fuera de la misma forma en que llegó. En otra actuación del 91, en Dallas, varios fans comenzaron a subir al escenario. Morrisey, cansado, se fue de allí. Pero su banda, creyendo que era un farol y que el cantante volvería, siguió tocando. Pasaban los minutos y nadie aparecía, pero los músicos seguían con la canción mirando hacia la puerta del fondo. Al final, alguien les avisaría de que dejaran de tocar.
No fue la última vez que el escenario de Morrisey se llenaba de gente. En el Hammersmith Odeon de Londres, también aquel mismo año, varios fans volvieron a asaltar al cantante sin dejarle empezar la canción. Eso sí, esta vez Morrisey mantuvo la paciencia como un campeón.
Ante la ineptitud de algunos miembros de seguridad, son los mismos artistas los que tienen que parar los pies a los fans. Fue lo que les ocurrió al grupo punk Bad Religion en la primera edición del Festival Doctor Music, celebrado en los Pirineos. Un espontáneo subió al lado del cantante y le empezó a llamar calvo y feo. El líder de la banda no entendió hasta que aquel intruso le tocó la cabeza. Entonces comenzó una persecución que sólo pudieron para los otros miembros de la banda.

Hasta los más viejos del lugar han tenido que enfrentarse en alguna ocasión a sus propios fans. Es el caso de sus majestades satánicas, los Rolling Stones, y más concretamente de su guitarrista, Keith Richards. Mientras tocaba el clásico (I can’t get no) Satisfaction entre globitos de colores, un intruso se coló en la escena. Richards, ni corto ni perezoso, se descolgó su guitarra y golpeó al fan. Luego siguió tocando como si nada, claro.
Y llegamos al final de nuestro top ten con uno de los grandes ataques del rock hecho por una de las más grandes bandas de rock: Guns N’ Roses. Pero esta vez no fue el fan el que subió al escenario, sino que el artista fue el que bajó de él.
El grupo estaba tocando en St. Louis el 2 de julio del 91, concierto que estaba siendo filmado. Por ello el grupo puso especial énfasis en decir a los miembros de seguridad que retiraran todas las cámaras particulares. Sin embargo su cantante, el siempre polémico Axl Rose, detectó a un fan grabando el show con su videocámara, por lo que decidió saltar al público y liarse a mamporros con aquel hombre. Tras ser separado, Axl subió de nuevo y dijo que se iba, tirando el micro. El sonido de éste al caer hizo pensar a muchos que era un disparo, pero el guitarrista, el irrepetible Slash, dijo que sólo era el ruido del micrófono y que se iban de allí. Los destrozos provocados por los fans fueron millonarios, y un año después Axl fue juzgado por la pelea.
Y hasta aquí este nuevo especial de Historias Catódicas. Ya sabéis, si asaltáis a vuestro ídolo en el escenario tened cuidado. Y, por favor, grabadlo y enviádnoslo. Quizá tengáis un hueco en el top ten de HC.
4 comentarios:
Tremendo el artículo. "Kill Rock and Roll" debería ser el nombre de nuestra banda en caso de un improbable aunque posible salto al mundo del punk.
Una cosilla, siempre creí que a Snoop Dogg le llamaban así porque tenía cara de perro; de nuevo HC me muestra el camino de la verdad.
Madre mia, menudo psot de superdocumentacion. Me ha encantado, ademas con un monton de grupos chulos. Adoro a los smiths y me tiraria a Robbie Williams tres veces al dia asi que no puedo pedir mas.
¿Ha quedado muy bestia lo de me lo tiraria tres veces al dia? Vale, lo retiro...
Un beso y de verdad enhorabuena por el post. Las clases de documentacion se notan!!!
arandanos.wordpress.com
increíble el trabajo que os ha tenido que llevar este post... realmente están genial los vídeos y el top ten. yo sólo había oído el de bad religion :S así que imaginaos mi cultura nula en cuanto a directos
beseteeee
Gracias a los tres por vuestras visitas y comentarios. La verdad es que todo lleva su tiempo, pero cualquier cosa es poca para los seguidores de HC.
Gracias, raccord. HC seguirá fisgando para mostraros el camino.
En cuanto a lo de Robbie Williams... Tranquila Ana, seguro que muchas/os te comprenden y comparten tu deseo.
Y repollo, la cultura de los conciertos no requiere de conciertos... solo de youtube.
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